sábado, 17 de diciembre de 2011
El Hatillo: Un Pueblo Olvidado del Caribe
La llamada Barra de Unare, uno de los pocos istmos que existen en el país, es una vía ubicada al norte del estado Anzoátegui. Actualmente esta carretera se encuentra en franco deterioro, tanto que sólo puede ser transitada hasta el kilómetro 13. Esto trae como consecuencia que uno de los tres pueblos cercanos, llamado El Hatillo, localidad pesquera y camaronera entre las más importantes del país, se encuentre prácticamente incomunicado desde hace varias décadas.
Debido al deterioro de esta vía, El Hatillo no ha alcanzado el desarrollo económico, social y turístico que se merece. A sus habitantes les resulta cuesta arriba comunicarse terrestremente con las poblaciones aledañas y pocos venezolanos saben que este pueblo existe.
Curiosamente la construcción de la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, mejor conocida como autopista de Oriente provocó el abandono de la antigua carretera también denominada Paseo de las Aves. Lo ideal hubiese sido que ambas vías se habilitaran de manera paralela y en óptimas condiciones.
Tomando en cuenta esta situación se realizó un Ensayo fotográfico que demostrara, con imágenes, toda la belleza natural, explorada y por explorar, y el potencial turístico que existe en la mencionada localidad del Oriente de Venezuela.
Su
cercanía con el mar Caribe, su arena dorada, sus 42 kilómetros de
playas vírgenes, su gente amable, sus típicas comidas así como sus
fiestas tradicionales, su hermosa laguna de Unare, sus imponentes
paisajes llenos de verdes montañas, cardúmenes y cactus, sus pasajes
desolados, su reservorio de aves y su forma de vida en completa armonía
hacen del lugar un espacio excelente para olvidar el ruido de la ciudad,
para la paz interior y el descanso.
Pedro
Manuel Medina García cronista autodidacta, el único que ha escrito
sobre la historia de este pueblo, relata que el mismo se convirtió
rápidamente en una “tacita de oro” dado a la explotación de las salinas
(se llegaron a extraer hasta 500 sacos por semana), la producción
espontánea y natural de peces de distintos grupos (camarones de gran
tamaño, lebranche, lisa, corvina y róbalo) y el comercio en general
permitió, por ejemplo, que alcanzara la categoría de municipio antes que
cualquier otro pueblo del oriente del país.
Además,
El Hatillo cuenta con el imponente morro de Unare, la laguna de Unare
(la más rica albufera del país), otro cerro denominado La Panela, un
amplio espacio llamado La Salineta del Boquete y un sin número de pozos
de aguas termales (fríos y calientes) aún vírgenes. Asimismo este pueblo
puede mostrar a sus visitantes coloridas flores y distintos tipos de
aves (siendo reservorio de más del 70% de aves del país: gaviotas,
guanaguanare, corocoras, flamencos, garzones, garzas y cotúas). Amén de
una gente noble, emprendedora y amable.
Todo
este potencial turístico, económico, social y humano queda
prácticamente en el olvido gracias a que la principal vía para llegar a
este pueblo se encuentra parcialmente destruida. Se trata de la Barra de
Unare, también llamada Paseo de las Aves o carretera Uchire-El Hatillo.
Esta vía posee un ancho aproximado de 450 mts con variaciones que van
desde los 200 a los 600 mts. Las diferencias dependen de las
separaciones que imponen tanto las aguas del mar Caribe como la Laguna
de Unare.
Según el ingeniero y arquitecto Claudio A. Santi, autor del levantamiento topográfico denominado Plan Especial Franja Costera, El Hatillo, estado Anzoátegui
(s/f) en la época de la Colonia, la Barra de Unare fue utilizada como
vía para el transporte del ganado vacuno desde los llanos orientales
hasta el centro del país.
Refiere,
además, que en el año 1965, durante el gobierno del presidente Raúl
Leoni, esta vía fue protegida con granzón a efectos de conectar a El
Hatillo con los pueblos cercanos, especialmente con Boca de Uchire, y en
1974, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez, la mencionada
carretera fue asfaltada. Asimismo se colocó en este lugar una antena de
repetición y se repararon todos los malecones a objeto de frenar la
erosión producida por el mar.
Hoy
en día tanto la Barra de Unare como la Troncal 9 del estado Miranda y
la continuación de la autopista Gran Mariscal en el tramo Aguas
Calientes-Clarines están repletas de huecos, baches, fallas de borde y
falta de señalización.
A
través de la selección de 173 fotografías, se muestra el encanto
natural y humano del Hatillo y el estado de abandono en el cual se
encuentran sus vías de acceso.
Sus espacios calles, rutas y canales son aptos para realizar excursiones a pie, en bicicleta, en rústico y en bote.
Asimismo
cuentan con un atractivo túristico el día 24 de octubre de cada año los
lugareños realizan actos protocolares en donde llevan a cabo una serie
de actividades para dejar constancia de su fe y devosión a San Rafael
Arcangel, patrono de este lugar.
El
mencionado día los pobladores del Hatillo y La Cerca pasean las
imágenes de la Virgen del Valle y San Rafael Arcángel por la laguna de
Unare, luego las sacan de sus embarcaciones y hacen una especie de
encuentro de santos a fin de emprender una procesión por todo el pueblo
hasta llegar a la plaza Bolívar al pie de la Iglesia San Rafael.
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